La producción de carne
libera grandes cantidades de CO2, especialmente por la quema de superficies
forestales. Además, los animales producen energía oxidando los compuestos
orgánicos que contienen carbono, lo que conduce a la liberación de dióxido de
carbono (CO2) y agua. El 21% de la emisión total de dióxido de carbono que se
asigna a la actividad humana proviene en realidad de los animales que nos
comemos. Además, las ganaderías vacuna y ovina repartidas
por todo el planeta son responsables de casi una cuarta parte de todas las
emisiones de gas metano en la Tierra, pues debido a la cría de
ganado se producen anualmente 115 millones de toneladas de gas metano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario